HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN ADULTO MAYOR
En las próximas décadas, el incremento de la población mayor de 65 años y la mayor prevalencia de hipertensión arterial (HTA) en esta población harán que este trastorno pueda ser considerado una «pandemia». La importancia de este dato radica en que la HTA es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Hasta hace relativamente pocos años ha existido la duda sobre la conveniencia o no de tratar la hipertensión en el anciano. Sin embargo, tanto los estudios epidemiológicos como los de intervención han demostrado el beneficio del tratamiento de la HTA en este grupo de edad. En este artículo se revisa la fisiopatología asociada al proceso de envejecimiento y al desarrollo de HTA en el anciano, así como los estudios efectuados hasta la fecha en esta población. Asimismo, se comentan las particularidades del tratamiento de la HTA en la población anciana.
Hipertensión arterial secundaria en el anciano
Aunque la sospecha de HTA secundaria siempre es mayor en pacientes más jóvenes, es importante recordar que el inicio tardío de la HTA también puede conllevar la posibilidad de efectos secundarios. El documento menciona las principales posibles causas de hipertensión secundaria en el anciano y describe las posibles diferencias en la aparición de cada enfermedad, su relación con la presión arterial y la actitud a seguir. Las principales razones son las siguientes:
Estenosis de arteria renal
Es una afección que, en términos de métodos de diagnóstico y manejo, no muestra diferencias significativas en comparación con los adultos jóvenes. Su incidencia tiende a aumentar con la edad, llegando a una prevalencia de hasta el 87% en personas mayores de 75 años.
Apnea obstructiva del sueño
La prevalencia de apnea obstructiva del sueño (SAOS) en adultos hipertensos llega a ser del 30%, prevalencia que se duplica por cada 10 años de incremento de edad11. En menores de 60 años existe una clara asociación de esta patología con HTA sistodiastólica, asociación que no se observa en pacientes mayores.
- El tabaco tiende a aumentar la presión arterial, especialmente en personas mayores de 60 años.
- El consumo de alcohol puede aumentar la presión arterial en personas mayores debido a varios mecanismos, como la estimulación del sistema nervioso simpático y la activación del sistema renina-angiotensina, entre otros.
- En personas mayores, la distribución de la cafeína en el cuerpo puede ser diferente debido a la relación entre el tejido graso y magro. Esto puede resultar en concentraciones más altas de cafeína en plasma y tejidos, lo que lleva a recomendaciones de restricción de consumo en ciertos pacientes.
Complicaciones de la hipertensión
La hipertensión no controlada puede dañar los órganos vitales con el tiempo. Aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. El corazón tiene que trabajar más para bombear sangre contra la presión arterial elevada, lo que puede llevar a un agrandamiento del corazón (hipertrofia ventricular izquierda) y eventualmente a insuficiencia cardíaca. Además, la hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos, los riñones, los ojos y aumentar el riesgo de aneurismas.
Diagnóstico de la hipertensión
El diagnóstico de la hipertensión se realiza mediante la medición precisa de la presión arterial. Se considera que alguien tiene hipertensión si su presión arterial sistólica es consistentemente igual o superior a 130 mm Hg y/o si la presión arterial diastólica es igual o superior a 80 mm Hg en múltiples lecturas tomadas en diferentes momentos. La detección temprana es fundamental para controlar la enfermedad y prevenir complicaciones graves.
Tratamiento de la hipertensión
El tratamiento de la hipertensión generalmente comienza con cambios en el estilo de vida. Estos incluyen adoptar una dieta baja en sodio, rica en frutas, verduras y alimentos integrales, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y reducir el estrés. En algunos casos, se recetan medicamentos antihipertensivos para controlar la presión arterial. La elección del medicamento dependerá de la gravedad de la hipertensión y de otros factores médicos individuales.